Las lámparas quirúrgicas son lámparas especiales diseñadas para iluminar el área de quirofano permitiendo asi una óptima visualización de los objetos pequeños y de bajo contraste a profundidades variables en incisiones y cavidades del cuerpo. Su objetivo principal es proporcionar la iluminación adecuada durante un procedimiento quirúrgico.

La luz de las lámparas debe ser blanca ya que en quirófano el médico necesita poder observar el color de cualquier órgano o tejido ya que éste es un indicador del estado y salud del paciente. Estas lámparas tampoco deben generar radiaciones infrarrojas (IR) ni ultravioletas (UV) debido a que puede provocar daños o lesiones en el tejido corporal que está expuesto durante la operación quirúrgica. 

Existen varios tipos de luces quirúrgicas que pueden ser instaladas dentro de un quirófano, entre ellas podemos mencionar las siguientes: 

Luces incandescentes

Son un tipo de lámparas que emiten energía como radiación electromagnética. Este tipo de lámparas pueden ser a su vez de dos tipos:

Lámparas incandescentes de halógeno:

Son fabricadas con gas halógeno y vidrio de cuarzo. Son incandescentes y ofrecen una luz blanca muy intensa y brillante. Durante años, fueron la mejor iluminación para quirófanos que existía en el mercado. Es lo más parecido a la tradicional lámpara incandescente que solían utilizarse en el ámbito doméstico. Entre sus ventajas, destaca que, a mayor corriente eléctrica, mayor iluminación y, por lo tanto, una imagen más nítida para la visión de la mesa de operaciones en la que trabaja el cirujano y todo el equipo médico. Otro punto a favor de este tipo de lampara es que reduce el consumo de energía. Entre sus desventajas, se puede mencionar que elevan la temperatura en la zona donde se utilizan y también pueden sufrir apagones inoportunos, lo que supone un riesgo para los pacientes y un inconveniente para los médicos cirujanos que pueden pasar calor, sudar o, peor aún, perder, aunque sea durante por poco tiempo, la iluminación correcta del área. 

Lámparas incandescentes no halógenas:

son un tipo de lampara que pueden contener un gas inerte y se utilizan en quirófano con una eficacia luminosa de entre 10-15 lm/W y con una duración de 1.000 horas.

Luces LED 

Este tipo de luces brindan una luz blanca intensa y sin sombras, proveyendo así una óptima iluminación en quirófano. Su funcionamiento gira entorno al diodo, que distribuye el flujo de corriente eléctrica en un único sentido, de manera que se aprovecha la electricidad de forma mucho más eficiente y se necesita muy poca cantidad de la misma para lograr una potente iluminación en quirófano. Igual que las lámparas de halógeno, la luz es más intensa a más cantidad de corriente eléctrica. 

Una de sus ventajas es que este tipo de lámparas no se calientan y no generan tanto calor. Otra ventaja de este tipo de lámparas quirúrgicas es que se pueden tocar con la mano sin que haya riesgo de quemadura. Todas estas ventajas que ofrecen las lámparas LED para quirófanos ofrecen mayor seguridad y confort dentro del quirófano. Poseen una vida útil mucho más prolongada. 

Luces de descarga de gas 

Este tipo de lámparas funcionan a través de la irradiación como resultado de la excitación de un gas que es sometido a descargas eléctricas. Ellas emiten una luz muy blanca que necesita unos minutos para obtener su máximo rendimiento.

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