El microscopio es un instrumento de laboratorio empleado para observar elementos o estructuras que no pueden observarse a simple vista con el ojo humano, para lo cual utiliza una serie de lentes, visores y rayos de luz, que acercan o amplían la imagen en escalas convenientes para su examinación y posterior análisis.

Existen diversos tipos de microscopios desde la lupa formada por un solo lente hasta los novedosos microscopios electrónicos. El microscopio fue inventado en el siglo XVI y se ha ido perfeccionando hasta nuestros días, dando lugar a novedosos equipos con aplicaciones bastante específicas que permiten observar los objetos más diminutos.

Surgimiento de los primeros microscopios

La aparición del microscopio permitió la comprensión de la vida microscópica y por lo tanto cambió la percepción de la vida en su totalidad, convirtiéndose así en un elemento esencial en cualquier laboratorio. Ya que uno de los mayores problemas a los que se enfrentó la biología durante muchos siglos fue a la incapacidad de ver de qué estaban hechos los tejidos que formaban a los seres vivos. Esto porque el diámetro medio de una célula animal se encuentra entre 10-20 micrómetros, unas 50 veces más pequeñas que el objeto más pequeño que el ser humano puede ver comúnmente.

Fue hasta el desarrollo de los primeros microscopios ópticos de calidad que a principios del siglo XIX que científicos como Schleiden y Schwann propusieron que los tejidos animales y vegetales eran agregados de células individuales. Para realizar estos estudios celulares hubo que desarrollar una serie de tinciones selectivas que hiciesen posibles la observación celular, ya que la mayoría de las células son traslúcidas y poseen poco color, a través de estas tinciones se podían distinguir tipos de células, y sus estructuras internas. Pero fue hasta principios de 1940 que se desarrolló el microscopio electrónico, que permitió un estudio más certero de las estructuras celulares, ya que vencía todas las limitaciones técnicas del microscopio óptico.

¿Qué se puede observar con un microscopio óptico?

Empleando un microscopio óptico podemos observar las células e inclusive podemos llegar a ver algunas estructuras celulares internas como el núcleo celular, núcleos, vacuolas, y mitocondrias (que poseen una media de 2 micrómetros), pero no podemos ver elementos más pequeños como ribosomas y proteínas, para cuya observación tendríamos que emplear un microscopio electrónico. Esto se debe a que una de las limitaciones técnicas que presenta el microscopio óptico es la radiación (luz visible) que emplea, dándole un límite de resolución entre 0´4 y 0 ́7 micrómetros, es decir estructuras celulares como las mitocondrias o microorganismos como bacterias son comúnmente los elementos más pequeños que se podrán visualizar con un microscopio óptico.  

Si se necesitan estudiar estructuras más pequeñas, se necesita emplear un microscopio electrónico, el cual emplea electrones en lugar de luz visible. Los electrones impactan contra la muestra dentro de una cámara de vacío. En la actualidad existen varios tipos de microscopios electrónicos, tales como el microscopio electrónico de barrido y el microscopio electrónico de transmisión, pero su principio de funcionamiento se basa siempre en capturar los electrones dispersados u omitidos por la muestra y así poder reconstruir una imagen que posteriormente se visualiza. Con este tipo de microscopios se puede obtener un aumento muy superior al resto de los microscopios, pero la muestra debe ser sometida a una rigurosa preparación y colocarla en una cámara de vacío, por lo que es imposible trabajar con muestras biológicas vivas. 

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